NUESTRA ESPIRITUALIDAD

La espiritualidad de la OCCLA, se centra en la aceptación de la persona en su dimensión humana, social y espiritual.

Para ello, es importante que podamos reconocer que la persona se equivoca, que tiene errores y que se puede cambiar o mejorar. Un cambio en la madurez como persona, como comprometido y como consagrado a Dios.

Nuestra espiritualidad nos permite tener:

  • Espiritualidad de la reconciliación: en la cual hacemos realidad la solicitud cristológica, de si tenemos algo en contra de un hermano, nos acerquemos y nos reconciliemos. Al mismo tiempo que el perdón se extiende a aquellas personas que nos persiguen, difaman y calumnian. Es dar la otra mejía.
  • Espiritualidad de hondura: no de pura superficie, que se queda en imágenes o gestos, es decir: apariencias, sino que va a lo consistente y hondo de la verdad. Espiritualidad de mayoría de edad, la del que se atreve a pensar sobre lo que hace que es lo que nos da la mayoría de edad.
  • Espiritualidad de escucha y discernimiento: es decir, de oración y estudio. No podemos seguir adelante sin estos dos caminos.
  • Espiritualidad alimentada por la Teología, como aproximación a lo que Dios quiere que sea la persona humana, Teología, pues, que ahonda en el ser de Dios según él se revela, pero para ver cómo bajo la mirada de Dios se ha de realizar su plan sobre el ser humano: teología, pues, que es antropología. Una espiritualidad que a la hondura del pensar y discernir se une la mística del afecto, del amor: caritas veritatis, amar la verdad, amar a quien se la muestra -predica-.
  • Espiritualidad de adoración, como sentimiento primero de expresión de fe, según nos enseñan los entendidos en la fenomenología del hecho religioso.
  • Espiritualidad comunitaria: no hay espiritualidad vétero si al verse ante el Otro, no se ve junto con el otro, como parte esencial de su ser y de su actuar.

PERFIL DEL SACERDOTE DE LA OCCLA

Los principales retos a los que se enfrentan los (aspirantes y miembros) de la OCCLA en el siglo XXI, es realizar una "Veteroevangelización" (1), que es la principal preocupación de hacer llegar a los "miles de bautizados y no bautizados que no pisan una Iglesia". El clero deben de hacer: 

                    - Primero: testimoniar nuestra fe, solteros o casados, en relación con Cristo. Y coherentes                                con una forma de vida sacramental a nuestro CODEX. 

                    - Segundo: preocuparnos por todos los que tenemos a nuestro lado, empezando por                                            nuestras familias y amigos. 

                    - Tercero: interpelar con cariño a la gente que nos rodea, vecinos y compañeros de trabajo.                              Porque muchos vuelven a la fe cuando les hacemos reflexionar sobre el sentido de su vida                            y nuestro ejemplo".

Obviamente, que es muy importante utilizar un lenguaje comprensible a todos y adaptar el mensaje, siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret, y aprovechar las redes sociales para dar buenos testimonios. "Sobre todo, tender puentes a todas las personas":

- Libre

- Crítico y justo

- Servicial

- Sensible y solidario

- Defensor de los Derechos Humanos:

- Creador

- Responsable

- Acepta a Cristo y lo descubre en la iglesia

- Constructor de la civilización del amor

- Promotor de la paz y con equilibrio psíquico

- Siente y vibra con la iglesia

- Nuevo evangelizador, misionero y ecumenista

- Acepta el riesgo y la inseguridad

- Opta preferentemente por los pobres, enfermos, marginados, oprimidos y todos los que sufren.


1.- LIBRE: el Clero con sentido de libertad que le permita actuar consciente y responsablemente tomando decisiones personales, coherentes con su proyecto de vida y capaz de asumir y participar libre y solidariamente en las opciones evangélicas, sociales y de salud en la sociedad.

2.- CRÍTICO Y JUSTO: Un miembro de la OCCLA con espíritu crítico, que le permita evaluar lúcidamente los acontecimientos a la luz del Evangelio y ofrecer soluciones apropiadas a las nuevas circunstancias, y a la vez, decidir y ejecutar con oportunidad y eficacia. Sea promotor de justicia basada en el análisis y la verdad en la fe.

3.- SERVICIAL: Un Ordenado con actitud oblativa, de servicio, que le permita a través de su capacidad de amar, comprender el dinamismo de crecimiento, de donación y de encuentro del propio proyecto de vida en la fe.

4.- SENSIBLE Y SOLIDARIO: el Clero con sensibilidad histórica y capacidad de compromiso y solidaridad que lo impulsa a asumir responsabilidades sociales y políticas, y que contribuya a la formación de una sociedad que garantice la paz y seguridad de todos en un espíritu de projimidad cristiana.

5.- DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS: Que promueva los valores cristianos de la persona y sus derechos en salud, dignidad, respeto, dentro de una sociedad pluralista. Que garantice la legítima autonomía en su gobierno y costumbres de cada pueblo. Que haga efectiva la justa distribución de bienes, servicios y oportunidades, es decir una justicia social cristiana. Que respete el derecho del hombre a manifestar pública y privadamente su fe.

6.- CREADOR: Lograr que el ambiente, ofrezca un clima de confianza, libre de temores y preocupaciones que facilite su madurez creadora. Dejar acciones donde él pueda y deba decidir en forma general. Proporcionar el material y los recursos que faciliten su creatividad.

7.- RESPONSABLE: Lograr que el hombre acepte su propia realidad y tome parte activa en el proceso de maduración de su persona y en su fe. Detectar problemas específicos y brindarles soluciones inmediatas.

8.- ACEPTA A CRISTO Y LO DESCUBRE EN LA IGLESIA: Un miembro activo OCCLA que acepta a Jesucristo como Señor, Salvador, Mesías y amigo personal, norma de su realización y modelo de donación a los demás; lo descubre presente en la Iglesia y actuando en la historia por la Palabra, los Sacramentos y el servicio de la caridad; y lo celebra gozoso en la Liturgia y los sacramentos.

9.- CONSTRUCTOR DE LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR: Un Presbítero Ordenado constructor de una sociedad nueva que supere las evidentes contradicciones entre las estructuras sociales injustas y las exigencias del evangelio; que haga posible la civilización del amor.

10.- PROMOTOR DE LA PAZ Y CON EQUILIBRIO PSÍQUICO. - Que tutele y favorezca una convivencia fraterna y libre, participativa y pluralista, sin necesidad de recurrir a la fuerza y a la violencia y a afrontar con serenidad y equilibrio psíquico y sentido cristiano el éxito o el fracaso.

11.- SIENTE Y VIBRA CON LA IGLESIA. - Un Presbítero con sentido de pertenencia a la OCCLA y vea:

                º En el templo, la "Casa de Dios", casa de oración.

                º En las Comunidades Eclesiales de Base, y grupos de oración auténticos valores familiares.

                º Y en la figura de Nuestra Señora la Virgen María el aspecto maternal y familiar de la OCCLA.

Estos tres rasgos, característicos en la piedad de nuestro pueblo, hacen que este sienta a la Iglesia como familia de Dios.

12.- NUEVO EVANGELIZADOR, MISIONERO. - Un Presbítero que pertenece a la OCCLA se identifica plenamente con el mandato de Cristo de Evangelizar y asume también esta Misión, respondiendo al llamado de nuestros pastores a una "Nueva Evangelización", nueva en su ardor, métodos y expresión.

Como parte de ese Pueblo Universal, tiene sentido Misionero, sin discriminaciones sociales, económicas, políticas, culturales ni religiosas, y cuya fuente de universalidad reside en la filiación divina de todos los hombres en Cristo.

13.- ACEPTA EL RIESGO Y LA INSEGURIDAD. - Un Ordenado que se siente miembro de una Iglesia peregrina y por lo mismo capaz de aceptar, el riesgo y la inseguridad que viene del Señor, la cual la convierte el dolor, la sangre y hasta la muerte, en semillas de resurrección para América Latina.

14.- OPTA PREFERENTEMENTE POR LOS POBRES Y LOS ENFERMOS y necesitados. - Analizando Nuestra realidad actual, donde existe el hambre, la miseria, la enfermedad, la injusticia, la violencia y la muerte; y a ejemplo del Señor Jesús que dijo: "El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres. según las enseñanzas y doctrinas de la OCCLA es imperiosa y urgente la necesidad de concientizar a los jóvenes sobre la opción preferencial por los pobres para una transformación de nuestra sociedad y un testimoniar el compromiso cristiano a ejemplo de la Santísima Virgen María nuestra Madre y "Madre de los pobres y enfermos", estrella de la "Nueva Evangelización".


EL SACERDOTE QUE QUEREMOS EN LA OCCLA

DIMENSIÓN HUMANO- COMUNITARIA

  • En lo posible que sea: Amable, afable, capaz de empatía, diálogo y amistad.
  • Sociable: Cercano, disponible y abierto al encuentro y a la diversidad de mentalidades.
  • Prudente, con clara conciencia de su fragilidad humana, que lo lleve a no exponerse a situaciones o relaciones que comprometan su opción de vida; capaz de integrar y superar carencias, crecer en virtudes humanas y Madurar en la afectividad.
  • Solidario e inmerso en la realidad del pueblo del cual forma parte y al que sirve; sensible ante el sufrimiento del otro.
  • Humilde para servir con sencillez sin pretensiones de superioridad.
  • Sincero y coherente en la relación con Dios y con los demás.
  • Austero y con espíritu de pobreza.
  • Fraterno y amigo sobre todo con sus hermanos sacerdotes.
  • Que sepa vivir en comunidad, aceptando la ayuda y la corrección fraterna
  • Capacidad de análisis y sana mentalidad crítica.
  • Flexible y con capacidad de adaptación a la realidad en sus cambios y circunstancias.
  • Responsable y constante en su trabajo, generoso en la entrega.

DIMENSIÓN ESPIRITUAL

  • Un hombre de fe, enamorado de Dios, que fundamenta su vida espiritual en el trato personal con el Señor, a través de la lectura orante de la Palabra y de la tradición espiritual de la Iglesia.
  • A través de la entrega y del seguimiento configura su vida con Cristo Buen Pastor, y animado por la caridad pastoral gasta su vida por el Reino
  • Vive una existencia experiencia sacramental como signo de la presencia salvífica de Cristo en medio de los hombres, especialmente centrado en la Eucaristía y en la liturgia.
  • Ejercita el ministerio sacerdotal, no como un privilegio o una función, sino como un servicio que es fuente de santificación personal y comunitaria.
  • Vive una espiritualidad encarnada en su vocación de pastor, que escucha la voz de Dios en medio de su pueblo.
  • Sintiéndose necesitado de la misericordia divina, es misericordioso en su vida y ministerio.
  • Compañero y maestro de oración en su comunidad.
  • Cultiva una devoción mariana, como madre de los sacerdotes.
  • Vive los consejos evangélicos con radicalidad, superando la tentación de la mundanidad.
  • Dócil a la acción del Espíritu Santo, hace una lectura creyente de la realidad y se ejercita en el arte del discernimiento para orientar la propia vida y la de los demás.
  • Con sentido eclesial, cultiva una espiritualidad de comunión orgánica y ministerial con el Arzobispo Primado, el presbiterio y la comunidad a la que sirve.

DIMENSIÓN INTELECTUAL

  • Centrado en la Palabra de Dios, con una profunda formación bíblica y teológica.
  • Formado sólidamente en las diferentes disciplinas teológicas y humanas, con un sentido pastoral.
  • Con un adecuado conocimiento teórico y práctico de las ciencias sociales y psicológicas.
  • Capaz de analizar críticamente las realidades sociales, económicas, políticas y culturales, e interpretarlas a la luz del Evangelio.
  • Asume la historia y la realidad como lugares de la acción salvífica de Dios.
  • Formado en los conocimientos teóricos y prácticos a fin de expresarse correctamente y ser capaz de una comunicación efectiva y empática.
  • Prepara la homilía y otros momentos de evangelización, con preocupación de que el mensaje sea comprensible y significativo para las diferentes audiencias.
  • Conoce y maneja adecuadamente las nuevas tecnologías como medios para el anuncio evangelizador.
  • Formado para el buen uso y la administración de los bienes materiales, de acuerdo con las exigencias de las leyes civiles y canónicas.
  • Cultiva responsablemente la propia formación permanente en todos los ámbitos de la vida sacerdotal.

DIMENSIÓN PASTORAL

1. Disponible y proactivo para anunciar la Palabra, celebrar la fe y servir con caridad pastoral a las personas y comunidades que le han sido confiadas.

2. Un pastor, y no un funcionario, que ame a sus ovejas y sea capaz de dar la vida por ellas; que las conozca y ellas conozcan a través de él al verdadero pastor que es Cristo Jesús.
3. Identificado con su gente, acompaña al pueblo desde su identidad sacerdotal.
4. Dispuesto para la confesión administración de todos los sacramentos y el acompañamiento espiritual, programando tiempos concretos en la semana para la escucha de las personas y la visita a los enfermos.
5. Discípulo misionero que desarrolla su labor pastoral asumiendo como prioridad la misión hacia las personas y comunidades más alejadas (periferias). 6. Cultiva un corazón misionero con disponibilidad para ser enviado a las diferentes parroquias de la diócesis (urbana - rural) y otros servicios pastorales (seminario, instancias diocesanas, pastorales específicas) y una vida contemplativa que le permita fortalecerse.
7. Capaz de adaptarse a las diferentes realidades donde desempeña su ministerio, dando continuidad a la labor pastoral previa.
8. Evangelizador valiente que anuncia y denuncia con "parresía".
9. Animador y formador de los laicos para que asuman su protagonismo evangelizador en la comunidad parroquial y diocesana.
10. Capaz de discernir la realidad y dejarse interpelar por ella para desde allí elaborar un Plan Pastoral, que contemple procesos y no solo actividades (planificación y evaluación).
11. Sensible ante las necesidades de los más pobres, prioriza la dimensión social de la evangelización, animando la pastoral social.
12. Capaz de animar y activar las diferentes pastorales en la parroquia.
13. Promueve prioritariamente el acompañamiento de la pastoral juvenil en la parroquia y en su ambiente personal y familiar, proponiendo con alegría la vocación específica al sacerdocio, a la vida consagrada y al matrimonio.
14. Hombre de comunión que valora los diversos carismas y espiritualidades, promoviendo su integración orgánica en la parroquia.


Bibliografía

  • El termino Veteroevangelización fue acuñado por Monseñor Enrique Malpic Forero -Vicario Episcopal de la OCCLA.


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